El obispo de Calahorra y la Calzada-Logroño, hizo pública una carta dirigida a los niños que se preparan para hacer la Primera Comunión. La carta aunque va dirigida literalmente a los niños, lógicamente sus destinatarios principales son los padres como responsables de la educación de sus hijos. Escogemos algunos párrafos de la misma, que transcribimos a continuación.
LO QUE SÍ ES IMPORTANTE
¿No creeis que lo más importante es recibir a Jesús, comulgar su Cuerpo y su Sangre, recibirlo en el corazón, y no el traje, el banquete y los regalos?
¡Cuánto me gustaría que empezásemos a prescindir de todo gasto superfluo en las Primeras Comuniones! ¡Cómo desearía que cada uno de vosotros, solos y en familia, dedicaseis tiempo a rezar a Jesús, a conocer más y más sus enseñanzas, a ir a misa todos los domingos del año y no solamente durante el tiempo de la Catequesis de preparación a la Primera Comunión; a hacer cada día alguna obra buena y algún sacrificio por amor a Jesús, a las personas que os rodean, y por los que no tienen la suerte de conocerle!
Decidles a vuestros padres que no queréis que gasten mucho dinero en la fiesta de la Primera Comunión. Decidles que estamos en crisis económica y mucha gente no tiene trabajo ni comida. Decidles que lo que le gusta a Jesús es que vuestro corazón esté limpio de pecado y dispuesto a hacer siempre el bien. Decidles también que lo importante es que recen con vosotros, que ellos también se confiesen y comulguen, que sean amigos de Jesús y vivan muy unidos.
Y no os olvidéis de pedirle a Jesús que no falte en vuestras casas, en vuestras familias, el buen vino del amor como en Caná de Galilea. Pero recordad lo que les dijo la Virgen a los sirvientes antes de convertir el agua en vino: "Haced lo que Él os diga". El secreto de la felicidad está en hacer siempre lo que nos dice Jesús, lo que a Él le agrada que hagamos.
TRES PROPUESTAS
Y no quiero despedirme de vosotros sin deciros tres cosas:
1.- Que pongáis en vuestra habitación el rinconcito de oración. Los catequistas y el sacerdote os explicarán cómo hacerlo, y no dejéis de rezar todos los días en ese rincón, vuestro rincón de oración.
2.- Que forméis parte de Nazaret, es decir, del gran grupo de niños que rezan diariamente para que haya muchos y buenos seminaristas. ¿Conocéis el Seminario y los seminaristas de nuestra diócesis? Decid a los catequistas que os lleven al seminario; es una casa muy grande y bonita. Podréis conversar con los jóvenes que viven allí y se preparan para ser sacerdotes.
3.- Que queráis mucho a vuestros padres, hermanos y abuelos. Obedecedles siempre, colaborad en las tareas de la casa, y no seáis caprichosos y niños mimados, sino más bien haced todo lo posible para que la alegría y la unión reinen entre vosotros.
(Ecclesia, 11-mayo- 2013)