LOS PADRES SON LOS PRIMEROS EDUCADORES DE SUS HIJOS, TAMBIÉN EN LA FE CRISTIANA.
El comienzo de un nuevo curso nos invita a insistir en la gran tarea de educar. Una tarea que corresponde especialmente a los Padres. Su papel de padres no consiste sólo en engendrar hijos y traerlos a este mundo; deben completar su tarea otorgándoles una buena educación.
Ahora, cuando hablamos de educar a los hijos nos referimos a algo distinto de la mera instrucción. Con la instrucción hacemos que el chico aprenda cosas, adquiera un determinado nivel de conocimientos, apruebe con buena nota las distintas asignaturas del curso académico. La educación, en cambio, pretende que el chico madure como persona, se haga más responsable de sus actos y sepa hacer frente a los problemas de la vida. Si la instrucción es importante, más aún lo es una buena educación.
Preocuparse los padres por la educación de sus hijos es preocuparse de que adquieran unas creencias y unos principios morales en que basar su conducta; que tengan unas costumbres y hábitos dignos; que sena personas honradas, fieles, veraces...
IMPORTANCIA DE LA CATEQUESIS
La primera y principal escuela donde nuestros niños aprenden educación y, más en concreto, educación cristiana es, sin duda, la familia. Y en la familia es a los padres a quienes corresponde principalamente el papel de educadores.
Ahora, los padres cristianos deben completar la educación de sus hijos con una buena catequesis sobre las verdades de nuestra fe. Eloos deben ser los primeros catequistas de sus hijos en el hogar. Pero esta tarea han de completarla enviándolos a la catequesis parroquial, donde los niños y adolescentes adquieren conocimientos sobre nuestra fe pero, además, se acostumbran a celebrarla con los otros compañeros y con las personas mayores. Así irán adquiriendo el sentido comunitario de la fe cristiana.
LA OPINIÓN DE UNOS JÓVENES CRISTIANOS
Seguidamente exponemos los resultados de una encuesta realizada, hace algunos años, por el Secretariado de Pastoral Familiar de Barcelona entre jóvenes pertenecientes a movimientos cristianos.
Los jóvenes afirman que el clima de fe en el hogar les ha ayudado de forma decisiva a tomar en serio a Jesucristo. Y dentro de este ámbito valoran especialmente el que los padres se quieran entre sí y sepan amar a sus hijos y a los demás.
Por otra parte, quieren que los padres tengan criterios claros y sepan adoptar actitudes frente a los acontecimientos. Esperan asimismo de los padres una actitud de apertura, respeto, di´´alogo y confianza. Piensan que dar libertad y responsabilidad al hijo le hace bien.
En fin, lo que más valoran de los padres, aunque no siempre estén de acuerdo con sus ideas, es el testimonio práctico y la coherencia en sus vidas.