Ahora bien, para sacrale al verano el debido rendimiento es necesario programarlo convenientemente. Y esto todos, adultos y jóvenes. Así, un estudiante -más aun si ha suspendido alguna asignatura- deberá pensar en dedicar 2 ó 3 horas diarias al estudio. Y no por eso se le va a chafar el verano, pues qun le quedan 21 horas en cada jornada para dormir, jugar, ir a la playa o divertirse con los amigos.
DESCANSAR ES IMPORTANTE
Hoy más que nunca necesitamos períodos de descanso. Nos movemos a un ritmo muy acelerado, somo esclavos del reloj, los nervios se nos crispan facilmente y pronto viene la sensación de agobio y de fatiga.
Y ¿cuál es el mejor tipo de descanso? ¿Acaso el de no hacer absolutamente nada?
El mejor tipo de descanso es, sin duda, un cambio de ocupación y de ambiente, sin preocupaciones urgentes. Es bueno dormir más, practicar algún deporte, vivir muy en contacto con la naturaleza...
Pero el verano también se presta para aumentar la propia cultura: leer algún libro interesante que no fue posible en el período laboral, participar en algún cursillo breve de tipo cultural o religioso, viajar y tomar contacto unos días con otras tierras y culturas, ensanchando así el horizonte de la vida.
OTRAS OPCIONES INTERESANTES
Las vacaciones - hablando en lenguaje cristiano- hemos de verlas como un regalo de Dios y un tiempo de gracia. como decíamos antes, no se trata de no hacer nada en este tiempo sino de hacer cosas distintas a las habituales y hacerlas, además, sin que las circunstancias fuercen a uno. El no hacer nada es contraproducente y causa aburrimiento.
Bien estaría, por ejemplo, dedicar un tiempo a realizar servicios sociales gratuitos. Ello estaría muy en consonancia con el Evangelio y proporcionaría al individuo una íntima satisfacción que no se paga con dinero. Así, sabemos de jóvenes cristianos que optan por pasar sus vacaciones en algún pa´s del Tercer Mundo trabajando junto a los misioneros católicos. Son jóvenes que desean vivir la experiencia del servicio desinteresado a los demás, tal como Jesús hizo y aconsejó.
En fin, que sepamos ser felices durante el verano sin dar de lado al Espíritu. Recordad que el cristianismo auténtico no es aguafiestas. ¡Feliz Verano a todos!