"ES SEMEJANTE A UN TESORO ESCONDIDO"

    


     Sí, Jesús compara el Reino de los Cielos a un "tesoro escondido en un campo; lo descubre un hombre y lo oculta, y en su alegría va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo" (Mt. 13,44).

                         En nuestro mundo actual hay muchas personas que tienen asegurado un buen sueldo, viven rodeadas de comodidades y bienestar y, sin embargo, se encuentran enormemente insatisfechas, se sienten como vacías en su interior y -como suele decirse-están pasando una enorme crisis. ¿Cuál será la causa última y definitiva de muchas de esas crisis?

                EL DEBE OCUPAR EL CENTRO DE 
                                  NUESTRA VIDA

                      Jesús nos dice que el Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido. Y lo malo es que hoy los seres humanos, con frecuencia, estamos menospreciando ese gran Tesoro, el único que puede satisfacer de verdad nuestra sed de felicidad. Estamos menospreciando a Dios.
                                                Esas crisis a las que antes aludíamos, suelen darse sobre todo en sociedades descreídas, que viven de espaldas a los valores espirituales y donde crece, al mismo tiempo, el bienestar material. No ocurre así en aquellas otras, tal vez con menos bienestar económico, pero si con una mayor vivencia espiritual.
                En los últimos tiempos se ha progresado mucho en el ámbito material y social; lo cual es bueno, sin duda. Sí, el progreso es bueno, pues hace mas fácil nuestra vida y nos libera de muchas carencias y esclavitudes. Pero, ¡Cuidado! Si el progreso es manipulado por manos ateas o descreídas; si en el progreso material olvidamos o no tenemos en cuenta los valores morales, ese mismo progreso puede volverse contra nosotros tratando de imponer la ley del más fuerte: "quien más tiene, más puede".

    Jesús compara el Reino de los Cielos a un tesoro que debemos buscar con ilusión. Un tesoro superior a las riquezas de la tierra. Ese tesoro es la fe en Dios, nuestro Creador y Padre.

        PREGUNTAS IMPORTANTES QUE DEBEMOS
                                      HACERNOS

          El Domingo, dia del Señor, los cristianos nos reunimos en el templo para celebrar juntos nuestra fe, presididos por el Sacerdote. Este encuentro semanal tan importante nos sugiere algunas preguntas que debiéramos hacernos todos: ¿Valoramos de verdad la fe que juntos celebramos ese dia? ¿Damos a Dios en nuestra vida la importancia que se merece? ¿Es Dios para nosotros ese Gran Tesoro escondido del que nos habla Jesús en el Evangelio?

                  Hay, por de pronto, una forma de cristianismo que todos debiéramos eliminar con decisión.
                                                        Ser cristiano es mucho mas que realizar unos ritos sagrados de forma rutinaria y superficial, como una costumbre mas que hemos heredado de nuestros mayores.

  Ser cristiano es tener una forma nueva de ser, un modo distinto de ver la vida y de vivirla, una forma nueva de entender el amor, la familia, el poder, el trabajo... Ser cristiano es ver el mundo y las cosas de aquí con los ojos de Cristo y tratar de dar a cada problema que la vida nos proponga la misma solución que Cristo le daría. Y el pensamiento de Cristo lo encontramos claramente expresado en los evangelios, que debemos leer con frecuencia, y, sobre todo, meditar mucho.
                          Como preguntas finales podemos formularnos estas: ¿Cuál es el valor fundamental de mi vida? ¿Cuál es para mi ese tesoro escondido del que nos habla Jesús en el Evangelio? ¿Cuál es el dios al que yo adoro?