CELEBRAR LA PASCUA HOY

               Durante el tiempo Pascual: el tema de la Resurrección de Jesucristo está constantemente en las lecturas de las misas. Es lógico: la Resurrección del Señor es un dogma básico de nuestra fe cristiana. Son, además, varias las veces que el Señor Resucitado se hizo visible a sus discípulos, llenando sus vidas de inmensa alegría.

           Pero lo interesante es que, mas tarde, aquellos discípulos y la cantidad creciente de nuevos cristianos que se les iban uniendo seguirían celebrando reuniones entre ellos cada ocho días, cada domingo, recordando el día en que el Señor resucito. Y recordando también aquello que el mismo Señor les había dicho: "Donde dos o mas estén reunidos en mi nombre, allí estaré yo en medio de ellos".

                              EL DOMINGO, NUESTRA PASCUA SEMENAL

     Hoy seguimos celebrando encuentros como aquellos en la Misa dominical, que es nuestra Pascua semanal.
                Ahora, no estaría mal que nos hiciéramos a nosotros mismos esta pregunta: ¿Por que asisto a misa los domingos? ¿Por una simple costumbre heredada de mis antepasados o porque Alguien me convoca?

           Hoy afortunadamente los cristianos que practican su Religión, no suelen  hacerlo por presiones familiares o sociales sino por convicción, porque quieren celebrar su fe con total libertad.

           En efecto, las razones que deben imperar en la vida de un cristiano para participar en la Misa es un encuentro con los hermanos que tienen la misma fe que yo  y que un día también recibieron el Bautismo, igual que yo. En la Misa del Domingo vamos a escuchar con paz la Palabra de Dios, que nos marca la ruta a seguir durante la semana en nuestra vida personal, familiar ya social. Y podemos definir también la Misa dominical, como el encuentro de los creyentes con Cristo Resucitado para celebrar juntos el gran acontecimiento de su Muerte y Resurrección.

                      COMPARTIR EL PAN CON LOS DEMÁS

         Un gesto típico de Jesús por le que descubrieron los discípulos que era El mismo, después de su Resurrección, fue el de partir y compartir el pan con ellos. Un gesto cargado de amistad, solidaridad y compañía.
              Compartir el pan con los demás debe ser también un gesto típico de los que celebramos cada Domingo la Pascua del Señor. A la Misa venimos a aprender a compartir nuestro pan con los demás.

             No lo dudemos: el mundo, la sociedad humana, nuestra tierra, solo serán mejores cuando sus habitantes practiquemos la lección de compartir el pan con los demás. Hoy la señal de la presencia de Cristo entre nosotros no son los milagros. La señal es que nos vean a los cristianos compartir el pan con los demás. Compartir el pan material cuando a nuestro lado hay hambre física; el pan del perdón cuando hay ofensa o agravio; el pan de la alegría cuando predomina la ira o la desesperación; el pan de la compañía cuando se vive en soledad; el pan del consuelo y del amor cuando impera el abandono y el dolor.
                 En nuestras misas de cada domingo ¿ Vamos aprendiendo esta importante lección, si o no?