La Pascua, en concreto, es el tiempo más propio para celebrar el Sacramento del Bautismo, que es el Sacramento básico de la Iglesia. Por el Bautismo nacemos en cuanto hijos de Dios y nos incorporamos a una nueva familia que es, precisamente, la Iglesia.
De ley ordinaria, una persona nace, crece y madura junto a otras, en un ámbito comunitario.
Para el bautizado es la Iglesia su nueva familia en la que nace, crece y madura como cristiano. Este sentido de pertenencia a la Iglesia, comunidad creyente, lo significa ésta de varias formas. Una de ellas es la misma celebración del Bautismo al recomendar que, si es posible, sean varios los bautizados en una misma celebración y con asistencia de fieles. Por consiguiente, no coincide con este sentir de la Iglesia la actitud de algunos padres -mal formados, sin duda, en este particular- que piden expresamente que su hijo sea bautizado solo, no juntamente con otros.
Sí, la importancia del Bautismo está exigiendo que los padres y padrinos se preparen adecuadamente para asumir la gran responsabilidad de educar cristianamente al niño bautizado.
La Parroquia, por su parte, les ayudará a conocer bien el contenido de este Sacramento y sus exigencias, en ese encuentro previo que deberán tener con el sacerdote encargado de la misma. Más tarde les ofrecerá la correspondiente catequesis de niños y adolescentes para ayudar en esa educación cristiana de su hijo/a.
TIEMPO Y LUGAR DEL BAUTISMO
Se recomienda celebrar el bautismo de los niños en las primeras semanas después del nacimiento, siempre que los padres estén suficientemente preparados para profesar la fe y se comprometan a educar cristianamente a su hijo/a.
Como fechas del año más apropiadas debemos destacar la gran Vigilia Pascual y los cincuenta días que dura el llamado Tiempo Pascual. También son días apropiados la fiesta del Bautismo del Señor, en enero, y en general los domingos y sábados por la tarde (estos últimos como anticipo que son del domingo). En cambio no se debe bautizar durante la Cuaresma, excepto en casos de necesidad, por considerarse un tiempo de preparación para la Pascua, que es el tiempo bautismal por excelencia.
En cuanto al lugar del Bautismo, lo normal es que sea la Iglesia de la parroquia en la que tienen su domicilio los padres. Allí quedará registrado en el libro parroquial de Bautizados. Fuera de casos urgentes, no debe administrarse el Bautismo en las casas particulares ni en los hospitales o clínicas.
EL PAPEL DE LOS PADRINOS
Finalmente queremos recordar que, además de los padres, en la celebración del Bautismo debe haber padrino y madrina, o, al menos, uno de los dos, según costumbre antiquísima de la Iglesia. Los padrinos deben ser colaboradores de los padres en la tarea tan importante y delicada de educar cristianamente a sus hijos. Por eso la misma Iglesia exige a los padrinos estas consideraciones:
- que sean católicos, con formación y vida cristiana,
- que hayan cumplido al menos 16 años de edad,
- que estén confirmados y hayan recibido la Eucaristía.
Es que, en definitiva, el Sacramento del Bautismo es algo básico y de suma importancia en la vida del cristiano.