¡DIOS NUNCA SE CANSA DE PERDONARNOS!

  Esto es hermoso e importante para nosotros, cristianos: encontrarnos el domingo, ¡el día del Señor!, saludarnos, hablarnos como ahora, aquí en la plaza. Una plaza que, gracias a los medios de información, tiene las dimensiones del mundo, decía, el Papa Francisco, en el rezo del Ángelus.
   "Grande es la misericordia del Señor", dice el Salmo.
   En estos días, he podido leer un libro del cardenal Kasper -un teólogo inteligente, un buen teólogo- sobre la misericordia. Y me ha hecho mucho bien...El cadenal Kasper dice que sentir la misericordia, escuchar esta palabra, cambia el mundo, hace que sea menos frío y más justo.
   Recuerdo que, decía el Papa Francisco, recién nombrado obispo, en 1992, llegó a Buenos Aires Nuestra Señora de Fátima y se hizo una misa para los enfermos. Yo fuí a confesar, y casi al final vino hacia mí una mujer anciana, humilde, de más de 80 años. La miré y le dije: "Abuela, ¿usted quiere confesarse? Sí,dijo. "pero si usted no ha pecado..." Y ella me dijo: "Todos tenemos pecados..." "Pero tal vez el Señor nos los perdonará..." "El Señor perdona todo", me dijo, segura. "Y usted cómo lo sabe, señora?- "si el Señor no perdonara todo, el mundo no existiría". Esta es la sabiduría que da el Espíritu Santo: la sabiduría interior sobre la misricordia de Dios. No olvidemos esta palabra: ¡Dios nunca se cansa de perdonarnos, nunca!
   El nunca se cansa de perdonar, pero nosotros, a veces, nos cansamos de pedir perdón. ¡No nos cansemos nunca! Él es el Padre amoroso que perdona siempre, que tiene un corazón de misericordia para todos nosotros. Y también nosotros aprendamos a ser misericordiosos con todos.
                                                                                     Alfa Y Omega.