SE ACERCA LA NAVIDAD , PREPARÉMONOS

                 Sí, muy pronto estaremos, un año más, en el tiempo de Navidad. Un punto muy importante desde el sentir cristiano, pues en el celebramos el Nacimimento del Salvador. Para un cristiano que, de verdad, vive su fe, la Navidad no es simplemente un tiempo de vacaciones académicas ni de festejos familiares. Es un tiempo que nos invita a acoger a Jesús en nuestra vida e inspirar nuestra conducta en su Evangelio.
                                              Al tiempo de Navidad precede, en el calendario de la Iglesia, el Adviento, un tiempo de cuatro semanas que nos invita precisamente a preparar la Navidad, contemplando a Juan Bautista, el Precursor de Jesús.

              DOS VIRTUDES QUE DESTACAN EN LA 
                         PERSONA DEL BAUTISTA

  Si nos fijamos en su aspecto exterior, reflejo de su vida intima, en Juan Bautista destacan, entre otras, su austeridad y su humildad.   Dos virtudes importantes, en el listado de virtudes cristianas, que todos debiéramos practicar.
                                                Hoy la propaganda consumista nos invita constantemente, y a través de medios muy poderosos, a rodearnos de una serie exagerada de comodidades y a gastar nuestro dinero en cosas, a veces, superfluas e innecesarias; a no privarnos de nada.
                                  Esto evidentemente contrasta también con la austeridad y pobreza del Nacimiento de Jesús en Belen: nació en una gruta donde se guarecían los animales y su primera cuna fue un pesebre. Mas austeridad y pobreza no se pueden pedir.

    Todo esto y el saber que miles y miles de seres humanos carecen de lo indispensable para vivir con dignidad, nos invita -repito- a no malgastar nuestro dinero. Un cristiano, si se siente de verdad cristiano, nunca podrá decir lo que, a veces se escucha por ahí: "Mi dinero es mío y hago con él lo que me da la gana".

               ¡Cuidado! Mi dinero es mío hasta cierto punto; los bienes de la tierra -mis bienes son parte de ello- tienen también, por voluntad del Creador, un destino social. No hay derecho, por tanto, a que unos posean todo y otros carezcan de lo indispensable para vivir. La austeridad tiene un importante valor educativo: nos hace a todos más disciplinados y fuertes en las luchas de la vida. La austeridad modera y encauza nuestros instintos y pasiones.

                    JUAN FUE UN HOMBRE MUY HUMILDE

      El Bautista brilló también por su humildad. Supo estar siempre en su sitio, sin atribuirse jamás privilegios. La gente le admiraba, y seguían con interés sus gestos y palabras; muchos le tenían incluso por el Mesías esperado, pero Juan enseguida les aclaraba: " Yo no soy el Mesías, yo ni siquiera merezco estar a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo debo desaparecer para que Él suba; mi misión es preparar su llegada".
                                                      ¿Existe humildad hoy en nuestra sociedad? Hoy también hay, sin duda, muchas personas que tratan de vivir el espíritu del Evangelio, que son humildes. Sin embargo, también se busca mucho el protagonismo, el aplauso, la fama. Incluso en la práctica del bien no faltan quienes buscan el aplauso y el reconocimiento expreso: que se sepa bien los donativos que hago o lo servicios que presto en ésta o aquella causa social.

   Preparemos el camino para que el Señor nazca, que sea Navidad, en nuestras vidas, imitando la humildad de Juan Bautista. Que el hombre pecador, soberbio, avaro o frívolo, vaya cediendo el paso al hombre austero, humilde, justo y fraternal. Es la mejor forma de vivir el Adviento y preparar la Navidad.