ESTAMOS EN PLENO VERANO

    Sí, estamos en pleno verano, la estación del año en la que los colegios cesan en su actividad docente y los alumnos gozan con las deseadas vacaciones. Una estación en que las playas se llenan de bañistas, muchos habitantes de la ciudad buscan el aire limpio del campo, y muchos otros programan sus viajes culturales o de interés turístico por España o por el extranjero. 
                                                 Lo importante es que todos, jóvenes y adultos, sepamos programar bien nuestra vida en esta hermosa época del año. Por de pronto, un estudiante que haya suspendido alguna o algunas asignaturas deberá pensar en dedicar horas al estudio. Es la consecuencia de un curso escolar vivido con dejadez. Pero no por eso se chafa el verano, pues bien aprovechado ese tiempo de estudio, aun quedan horas cada día para gozar del sol, ir a la playa, jugar o divertirse con los amigos.

                               EL DESCANSO ES IMPORTANTE

     Después de muchos días y meses de trabajo intenso, uno siente la necesidad de descansar para reponer fuerzas y recuperar la paz. Además, la vida actual se mueve a un ritmo acelerado, vivimos muy pendientes del reloj y fácilmente nos invade una sensación de agobio y crispación.
                              Sí, es necesario el descanso para recuperar la paz y la alegría. Es bueno que exista un período de vacaciones en el año Si el trabajo es una ley, el descanso es una necesidad imperiosa para aquel que durante el año ha trabajado - sea el trabajo que sea- intensamente.
                    La misma Biblia subraya esta necesidad al recordarnos el precepto divino de un día de descanso semanal. Seis días para trabajar y uno para descansar.
                                                          Ahora bien, descansar no es lo mismo que estar sin hacer nada. Con frecuencia, a personas que se encuentran en esa situación, les oímos decir que se aburren mucho.

                     ES IMPORTANTE PROGRAMAR BIEN
                                          EL VERANO

                             Personas entendidas dicen que el mejor descanso es un cambio de ocupación y de ambiente, dejando así a un lado las preocupaciones habituales de la vida. Bien está que en verano dediquemos más tiempo al sueño, a disfrutar de la playa y del mar, a practicar algún deporte o a respirar el aire limpio del ámbito rural.

                        Pero el verano y las vacaciones también son tiempo estupendo para leer aquel importante libro que durante el curso te fue imposible leer, o para asistir a algún cursillo o convivencia que suelen organizarse o, incluso, para participar en una tanda de Ejercicios Espirituales.
                                      Y también se presta el verano para realizar algún viaje y vivir un tiempo en contacto con gentes y culturas de otras tierras. Lo cual ayuda a ensanchar el horizonte de la propia vida y a ser más abiertos y comprensivos en el trato con los demás.

             Finalmente, las vacaciones son también para la creatividad y gratuidad, dos atributos que hacen la dicha del mismo Dios. El prestar durante las vacaciones algunos servicios de forma gratuita, sin percibir sueldo alguno, a personas necesitadas está muy en sintonía con el Evangelio y proporciona una íntima satisfacción que el dinero no puede dar.