LA ACTITUD DE SERVICIO, UNA ACTITUD EVANGELICA

                         Se nos dice en el Evangelio que un dia, yendo Jesús camino de Jerusalén, con sus discípulos, por tercera vez les dijo que allí el Hijo del hombre seria entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y le condenarían a muerte, y le entregarían a muerte, y le entregarían a los gentiles para ser azotado y crucificado.

Con este anuncio introduce Jesús su enseñanza sobre el servicio a los demás como condición necesaria para ser grande en el Reino de los Cielos. Y añade: "El Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan sino para servir y entregar su vida en rescate por muchos" (Mt. 20, 26-28). Él es, por consiguiente, el testimonio ejemplar al que debemos mirar y al que debemos seguir.

                     VALORES NUEVOS Y DISTINTOS

   Sí, el Evangelio de Jesús nos ofrece valores nuevos y distintos de los que el mundo nos propone. Uno muy importante es el valor del servicio a los demás. El Reino de los Cielos no es para quienes buscan situarse cómodamente en esta vida y lograr un puesto de dominio sobre los demás.El ejemplo del Maestro es bien claro: Servir al los demás es una actitud indispensable para pertenecer al Reino de los Cielos. Jesús insiste en que la aceptación del Evangelio comporta sacrificios y renuncias, pero vale la pena recorrer este camino que Él nos propone, porque nos conduce directamente al Reino de los Cielos.
                                                                       Es interesante que nos detengamos también en la escena en que aparece la Madre de los Zebedeos (Santiago y Juan). Esta mujer, como madre que es, desea lo mejor para sus hijos que son discípulos de Jesús. Un dia se acerca al Señor y, puesta de rodillas ante el, le pide  para sus hijos los dos primeros puestos en su Reino. Pero, en esta ocasión, ni ella sabia lo que pedía -como recuerda el Evangelio-  ni ellos tampoco lo sabían. Y lo,curioso es que los otros diez, tal vez llevados por la envidia, se indignaron con los dos hermanos.

            MI REINO NO ES COMO LOS DE ESTE MUNDO

Y es que ahora cuando Jesús toma la palabra y puntualiza. En mi Reino, dice, no sucede como en los otros reinos de este mundo.
En mi Reino el que quiera ser grande ha de ser vuestro servidor, y el que quiera ser primero, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre, que no ha venido para que le sirvan sino para servir y dar su vida por todos.
                                   Es muy importante asimilar bien esta lección que nos da Jesús. Si, en cualquier puesto que ocupemos en la vida, dentro o fuera de la Iglesia, y por muy elevado que este sea, desde el hemos de vivir como servidores de los demás. En este sentido, es llamativo y ejemplar el lema tradicional de los romanos pontífices: Servus Servorum Dei ( siervo de los siervos de Dios). El Papa, que ocupa en la Iglesia el puesto mas elevado, ha de considerarse a si mismo Siervo de los siervos de Dios y ejercer con humildad su ministerio. Igualmente los obispos y sacerdotes, desde el puesto que ocupen, han de sentirse y ser siempre servidores de la Comunidad que presiden.
                                         Ojalá que esta conciencia de servidores de los demás se afiance de verdad en nuestras vidas.