UN NUEVO AÑO LITÚRGICO

El día 29 de diciembre, nace un nuevo año litúrgico. La Iglesia tiene su propio calendario, que no coincide con el civil, aunque ambos tienen aproximadamente la misma duración. sin embargo, la estructura y finalidad son distintas. El año litúrgico o año cristiano es el resultado de un largo proceso en el que han intervenido factores de tipo histórico, Catequético y teológico.

     La Iglesia, al principio, sólo celebraba el DOMINGO, Día del Señor, como memorial de la Resurrección de Jesucristo.
Dos ideas han guiado la tarea de construir el Año Litúrgico: Cristo, en primer lugar, debe tener el máximo protagonismo, ocupa el centro del Año Litúrgico. Y los cristianos han de estar, a lo largo del año, en contacto con todos y cada uno de los acontecimientos salvíficos de la vida de Cristo, especialmente con su Muerte y su Resurrección.
                          ETAPAS DE SU FORMACIÓN

   Sí, es bueno recordar brevemente las etapas transcurridas en la formación del Año Litúrgico. Primeramente sólo se celebraba el Domingo o Pascua semanal. Más tarde, entre todos los domingos del año emerge uno, el Domingo de Pascua, el Domingo por excelencia, que se convierte lógicamente en centro y raíz de todo el Año Litúrgico.
                        Más tarde todos en la Iglesia coinciden en que el acontecimiento de la Resurrección del Señor debe celebrarse con una buena preparación y así nace el Triduo Pascual (Viernes, Sábado y Domingo) en que se celebra la muerte, sepultura y resurrección del Señor. Y ya en el siglo II nace la Cuaresma, inspirada en los 40 días bíblicos, como preparación mucho más prolongada. Pero, además de esta larga preparación, se considera justo prolongar la misma celebración pascual durante siete semanas, los cincuenta días que dura actualmente la Pascua.
Todo este conjunto de celebraciones, unas previas y otras posteriores al Domingo de Pascua, constituyen lo que se llama -dentro del Año Litúrgico- el Ciclo Pascual.

                    EL TIEMPO DE ADVIENTO


   Pero, una vez constituido el ciclo pascual, se piensa también en destacar el nacimiento histórico de Cristo en Belén, y así surge el llamado Ciclo Natalicio. Un ciclo que se estructura, no por motivos biográficos sobre el nacimiento de Cristo, sino por razones pastorales de la Iglesia del siglo IV. Y así como el ciclo pascual tenía y tiene una larga preparación (la Cuaresma) se introduce también en el ciclo natalicio una preparación: El Adviento, que dura cuatro semanas. Con el Adviento nace el nuevo año eclesiástico. Por tanto el día 29, como decíamos al principio empieza el tiempo de Adviento y nace el nuevo Año Litúrgico.