LA PRIMERA COMUNIÓN DE NUESTRO HIJO

                  Es en los meses de mayo y junio cuando se acostumbra a celebrar en las parroquias las Primeras Comuniones, momento muy importante en la vida de los niños cristianos. Aunque  el tiempo del año mas apropiado para este tipo de celebraciones sacramentales (bautizos, confirmaciones, primeras comuniones) es el llamado - en el calendario cristiano- tiempo de Pascua, que termina con el domingo de Pentecostés, también se puede tener en el resto del año.

 Hoy nos referimos a las Primeras Comuniones que, como dijimos, representan un momento muy importante en la vida y educación cristiana de nuestros niños.

Y ¿Cual suele ser la actitud de los padres, primeros educadores de sus hijos, ante este acontecimiento?
                                 Depende mucho de su propia vivencia de la fe. De todos modos, tenemos la impresión de que, para bastantes de ellos, la Primera Comunión de sus hijos no pasa de ser un mero acto social, una fiesta familiar como otra mas, un espectáculo tierno. No alcanzan a ver y a valorar la trascendencia de este acto religioso.

                        SE NECESITA UNA BUENA PREPARACIÓN

         Es muy importante que los niños se preparen bien para la Primera Comunión.                         Por ella se incorporan de forma consciente a la comunidad cristiana adulta y manifiestan, a su modo, que desean seguir a Jesús. Lo normal es que, a partir de los seis años, asistan semanalmente a la catequesis parroquial de niños. Una catequesis que, por sus forma de impartirse, hace que los niños no solo adquieran conocimientos sino que, además, se vayan sintiendo miembros de una comunidad celebrativa. Y hacia los nueve años de edad es cuando se les invita a celebrar la Primera Comunión, para la, cual recibirán una preparación especifica en la misma parroquia.

                                    ¿SOLOS O EN GRUPO?

          Es una pregunt a que suele hacerse con motivo de las Primeras Comuniones. Nuestra respuesta es clara: preferentemente en grupo, dado el carácter comunitario y mas participativo de esta forma de celebracion. Eso si, hay que evitar tanto el individualismo como la masificación. El ideal es que sea una celebracion con carácter intimo, familiar y comunitario, además de religiosa y festiva.

     Naturalmente es indispensable la colaboración de los padres con la parroquia. Para ellos suele organizarse encuentros previos a los que deben asistir ambos: padre y madre.

   Finalmente conviene recordar que la Primera Comunión no es una meta. El niño debe seguir madurando su fe a través de la catequesis ya debe seguir celebrando el sacramento del Perdón y el de la Eucaristía. Y hacia los 14-16 años culminara (o debiera culminar) su iniciación cristiana con el sacramento de la Confirmación.