El Rosario es una forma de plegaria a la Virgen María con una larga historia y muy recomendada por la Iglesia.
Así se conoce, entre los cristianos, el mes de octubre. En efecto, el día 7 de ste mes la Iglesia celebra la Memoria Litúrgica de Nuestra Señora, la Virgen del Rosario, una de las muchas advocaciones con que honramos a María.
EL ROSARIO Y SUS ELEMENTOS
Tradicionalmente se conoce el Rosario como una plegaria consistente en el rezo de 150 Avemarías, intercaladas por 15 Padrenuestros, que dividen el conjunto en 15 decenas. En cada una de esas decenas se nos invita a meditar un misterio de nuestra fe cristiana. Así, hablamos de misterios gozosos, dolorosos y gloriosos de la vida de Jesús. Actulamente, sin embargo, hay que hablar también de los "misterios luminosos", introducidos en el pontificado de Juan Pablo II. En ellos se hace momoria de importantes momentos de la vida pública de Jesús: su Bautismo en el río Jordán, su presencia en las Bodas de Caná, su predicación y llamada a la conversión, su Transfiguración en el monte Tabor y la institución de la Eucaristía.
Normalmente no se recitan diariamente lasw veinte decenas del Rosario. Se las distribuye, a través de la semana, en cinco cada día: misterios gozosos (lunes y sábados), misterios luminosos, (jueves), misterios dolorosos (martes y viernes), misterios gloriosos (miércoles y domingos).
Normalmente no se recitan diariamente lasw veinte decenas del Rosario. Se las distribuye, a través de la semana, en cinco cada día: misterios gozosos (lunes y sábados), misterios luminosos, (jueves), misterios dolorosos (martes y viernes), misterios gloriosos (miércoles y domingos).
Durante la recitación del Rosario suele usarse un sencillo instrumento para contar las avemarías, al que llamamos vulgarmente "el Rosario"; un instrumento muy natural y hasta necesario, al ser éstas un número elevado.
ALGUNAS CONSIDERACIONES OPORTUNAS
El Rosario es una forma de oración que se presta más para ser rezado en grupo que individualmente. La forma alternativa de ser rezado entre varios evita más la monotonía y la distracción. En cambio, la recitación individual puede resultar más mecánica y cansina. De ahí que se recomiende, cuando el rezo es individual, distribuir su recitación en varias partes a lo largo de la jornada. Se trata, en definitiva, de orar con sentido, de verdad, ejercitando siempre la mente y el corazón; no se trata de recitar, sin más, una lista más o menos larga de oraciones aprendidas de memoria.
El Rosario es un ejercicio piadoso muy digno y recomendable. Normalmente en nuestra parroquias se reza diariamente, pero no alcanza el rango de oración litúrgica u oficial de la Iglesia.
No tendría sentido, por ejemplo, rezarlo durante la celebración de la Santa Misa.
Finalmente, queremos recomendar el rezo del Rosario en familia, reunidos padres e hijos. Una recomendación que han hecho más de una vez los romanos pontífices y que, sin duda, contribuiría a mantener unidos a todos sus miembros.