"LA INVIOLABLE DIGNIDAD DEL ENFERMO"

             Hoy traemos a esta página de Pobo de Deus unas palabras del Papa Francisco a los participantes en un encuentro organizado por la Comisión Caridad y Salud de la Conferencia Episcopal Italiana, al cumplirse los 25 años de la Jornada Mundial del Enfermo.

                  GRACIAS POR EL CAMINO
                   REALIZADO
 "Damos gracias al Señor por el camino realizado en este tiempo, por lo que se ha hecho en beneficio de un cuidado integral de los enfermos y por la generosidad de muchos hombres y mujeres que han acogido la invitación de Jesús a visitarlo en la persona de los enfermos (Mt. 25,36). Ciertamente la investigación científica ha progresado y estamos agradecidos por los valiosos resultados obtenidos para curar algunas patologías. Deseo que se garantice el mismo esfuerzo con las enfermedades raras olvidadas, a las que no siempre se presta la debida atención, con el riesgo de dar lugar a nuevos sufrimientos. Alabamos también al Señor por los muchos profesionales de la salud que viven su trabajo como una misión, ministros de la vida y partícipes del amor efusivo de Dios creador".

                     "También nos alegramos por la presencia de muchos voluntarios que, con generosidad y competencia, trabajan por aliviar y humanizar las largas y difíciles jornadas de muchos enfermos y ancianos solos, sobre todo pobres e indigentes. Y aquí me detengo para dar garcias por el testimonio del voluntariado..."

                LA INVIOLABLE DIGNIDAD DE LA
                             PERSONA ENFERMA

   "Junto con las luces, sin embargo, hay algunas sombras que amenazan con empeorar la experiencia de nuestros hermanos y hermanas enfermos... Cuando la persona enferma no ocupa el centro y no se considera su dignidad, se engendran actitudes que pueden conducir incluso a especular sobre las desgracias de los demás. ¡Y esto es muy grave! Es necesario estar alerta, especialmente cuando los pacientes son de edad avanzada, con una salud muy comprometida, si sufren de patologías graves y costosas para su cuidado o son particularmente difíciles, como los paceintes psiquiátricos...".
                Y ya hacia el final de su homilía, el Papa Francisco dice:

     "Muchos enfermos están en los hospitales, pero muchos más en las casas, cada vez más solos. Espero que sean visitados con frecuencia para que no se sientan excluidos de la comunidad y puedan experimentar a la cercanía de quienes los encuentran, la presencia de Cristo que pasa hoy en día en medio de los enfermos de cuerpo y espíritu".