EL AÑO DE LA MISERICORDIA

        El pasado 13 de marzo, coincidiendo con el segundo aniversario de su elección como Sumo Pontífice, el Papa Francisco anunciaba en la Basílica Vaticana un Año Santo llamado de la Misericordia, un año extraordinario y universal. La apertura del mismo tendrá lugar el ocho de diciembre de 2015, festividad de la Inmaculada Concepción de María, y su clausura el veinte de noviembre de 2016, solemnidad de Cristo Rey.

                 El Papa hizo este anuncio en la Homilia que pronuncio durante una celebración penitencial presidida por el en la basílica de San Pedro. Celebración a la que asistieron muchos fieles y en la que el propio Papa, como ya hiciera el año anterior, se acerco a un confesionario para oír en confesión a algunas personas; pero primero fue el mismo a otro confesionario para recibir la absolución.

                 EL ORIGEN DE LOS JUBILEOS O AÑOS
                                              SANTOS

      Todo año jubilar tiene como rito inicial la apertura de la Puerta Santa. Una puerta que solo se abre ritualmente al inicio de ese año jubilar.En Roma tienen Puerta Santa las cuatro basílicas mayores: San Pedro, San Juan de Letrán, San Pablo Extramuros y Santa María la Mayor. Tras la apertura de la Puerta Santa en la Basílica de San Pedro, se abrirán sucesivamente las puertas de las otras basílicas citadas.
                            Nosotros, en la catedral compostelana, también tenemos una Puerta Santa que se abre solemnemente al inicio de un Año Santo Jacobeo y por ella podrán entrar  en la Catedral los peregrinos durante ese año.
                                             El origen histórico de los jubileos se remonta al Judaísmo, donde se celebraba uno cada cincuenta años.
        En la Iglesia Católica la tradición del Año Santo se inicio en el año 1300 con el Papa Bonifacio VIII, quien previo la celebración de un Año Santo cada Siglo. Sin embargo, desde 1475 el Jubileo ordinario comenzó a celebrarse cada 25 años, para permitir a cada generación vivir al menos un Año Santo en su vida.

           UN AÑO SANTO EXTRAORDINARIO Y
                                   UNIVERSAL

                      Este que el Papa Francisco ha convocado es un Año Santo extraordinario y universal, el Año de la Misericordia, con la mirada puesta en tantas personas y colectivos humanos (pobres, emigrantes, víctimas de conflictos bélicos, etc.) que necesitan acogida y ayuda. La Misericordia deberá ser una virtud muy presente, sobre todo en la vida de cuantos nos llamamos cristianos, discípulos de Cristo.
                                  El domingo 15 de marzo, tras el rezo del Angelus, el Papa lamento los atentados terroristas perpetrados, horas antes, contra iglesias cristianas en Pakistán, y pidió el cese de la persecución de los cristianos. Una persecución que, según afirmo el Papa, el mundo trata de ocultar. Recordemos, a este propósito, que al menos 15 personas murieron y otras 75 resultaron heridas en dos atentados perpetrados de forma simultánea contra dos iglesias en un área cristiana de la ciudad de Lahore, en el noreste de Pakistán.