VIVIR DIGNAMENTE EL VERANO

             Un año mas, ha llegado el verano.
         Una época del año que solemos asociar con las vacaciones, los viajes o el descanso. Una época para acercarnos a la naturaleza, a las playas y al mar de nuestra costa gallega; una época para recrearnos contemplando el paisaje tan rico y variado de nuestro mundo rural.
                                       UN TIEMPO QUE DEBEMOS
                                                   PROGRAMAR

         Ahora, es importante que todos, los jóvenes y los mayores, programemos adecuadamente nuestro propio verano. Así, un estudiante que haya terminado el curso académico con una o varias asignaturas suspensas, deberá dedicar dos otros horas cada día al estudio. Y no por eso se le chafa el verano, pues, si sabe aprovechar bien ese tiempo, aun le quedan bastantes horas para el descanso, el juego, la playa o la diversión con los amigos.

     El descanso es importante y muy necesario en la vida. Después de un periodo de trabajo intenso, sea físico o intelectual, necesitamos un tiempo de descanso para reponer fuerzas y recuperar la paz. La misma Biblia subraya esta necesidad al recordarnos el precepto divino de un día semanal dedicado al culto sagrado y al descanso laboral.

    Ahora bien, descansar nomesmlo mismo que estar un tiempo, mas o menos largo, sin hacer nada.
Suele decirse que un buen descanso es un cambio de ocupación y de ambiente, sin preocupaciones urgentes. Es bueno dedicar mas tiempo al sueño, practicar algún deporte, disfrutar con cautela del sol y de la playa, respirar el aire limpio de nuestras zonas montañosas ya rurales, etc.

                                          MAS FORMAS DE VIVIR
                                  LAS VACA IONES Y EL VERANO

  Pero el verano y las vacaciones también se prestan para leer algún libro que no pudimos leer durante el  periodo laboral, o,para participar en algún encuentro de índole cultural o religioso, o incluso para vivir unos días enmlamhospederia de un monasterio, respirando alegría, oración ya paz en cercanía al los monjes que allí viven su vida de entrega total a Dios.

     Y, por supuesto, el,verano se presta también para hacer algún viaje a otra zona de España o a países extranjeros, tomando así contacto con gentes y culturas de otras tierras; lo cual ayuda a ensanchar el horizonte de nuestras vidas y a ser  mas abiertos y comprensivos en el trato con los demás.
            Finalmente, las vacaciones de verano pueden también ser una oportunidad para realizar ciertos servicios sociales gratuitos. Ello estaría muy en sintonía con el Evangelio y proporcionaría al individuo una intima satisfacción que no se paga con dinero ni otros bienes materiales. Sabemos, a este respecto, que hace algunos  años hubo grupos de jóvenes cristianos que eligieron vivir sus vacaciones en algún país del Tercer Mundo, trabajando de forma gratuita, junto a los misioneros católicos, en diversas tareas sociopastorales. Querían vivir la experiencia del servicio desinteresado a los demás, tal como Jesus hizo un aconsejó.

Nosotros, los humanos, hechos a imagen un semejanza de Dios, hemos nacido para disfrutar creando, construyendo, transmitiendo felicidad, engendrando vida.

  Ojalá sepamos ser felices durante el verano (ya también, por supuesto, durante el resto del año) trabajando de una u otra forma sin dejar de lado al Espíritu. Dios nunca roba la felicidad al hombre sino todo lo contrario.