LOS CRISTIANOS EN UNA SOCIEDAD DESCREIDA

           A finales del siglo pasado un grupo de teólogos católicos y protestantes se reunían para deliberar juntos sobre "elhombre y Dios en la sociedad de fin de siglo". La conclusión fue:    "El continente del progreso tecnológico, la Europa que, durante siglos, ha vivido estrechamente unida a la fe y cultura cristiana, hoy es tierra de misión y necesita ser de nuevo evangelizada".
        
                  UN GRAN VACÍO Y DESENCANTO
            Pues bien, en esa especie de chequeo a que fue sometida por dichos teólogos la sociedad europea, incluida la española, se llego a esta constatación:
                        que "existe un gran vacío, un enorme desencanto, una ausencia de utopias y un acusado individualismo". Sin olvidar, claro, que también hay valores positivos que suavizan un tanto el diagnostico anterior: una enorme ansia de libertad y una notable sensibilidad ante el tema de los derechos humanos, etc.
De todos modos coinciden en que lo negativo destaca sobre lo positivo.
                                    Lo cierto es que esta sociedad europea de fin de siglo y comienzos del siguiente, parece que esta mal visto citar a Dios en los foros políticos y culturales, se margina la dimensión trascendente del hombre y se silencian los valores religiosos en la construcción de la persona o en la creación de cultura. Y si bajamos al terreno de las conductas, se ha generalizado la corrupción de costumbres. Todo se valora desde el rendimiento económico.         El "tener" prevalece sobre el "ser" y el Dios verdadero ha sido sustituido por el Becerro de Oro. Nos hallamos en una situación de autentica crisis.

                  EL ESCANDALOSO OLVIDO DE DIOS

  Ante este análisis de la realidad social, el grupo de teólogos aludidos, en un comunicado final, dejo fuertemente subrayada esta frase que es como un grito patético:           "El escandaloso olvido de Dios es el causante de la crisis que padece nuestra cultura actual". Mas claro, imposible.

           Pero dijeron también: "La modernidad, que exige la muerte de Dios para que el hombre tenga plena autonomía, creemos que ha llegado a su final critico sin haber alcanzado la meta que perseguía. Porque en el hombre actual resurge el sentido religioso, aunque este se manifiesta, a veces, bajo formas  aberrantes ( sectas, fundamentalísimos..).
                                          En conclusión: dichos teólogos señalan a Jesus de Nazaret como el único capaz de colmar las aspiraciones de absoluto, de verdad y de libertad que hay en el ser humano.

                                  Y EL CRISTIANO ¿QUE?
     En una sociedad descreída, que tiende a emanciparse de Dios, pero en la que resurge el sentido religioso, ¿no tendrá el cristiano algo que decir?
                          Creemos que si, y mucho. Su papel es anunciar con gozo a Cristo, el Salvador. Pero anunciarlo no como una idea luminosa sino como Alguien vivo y actual de quien el cristiano tiene experiencia, porque le trata personalmente y cuyas actitudes vitales el testimonia con su vida.